Poesía número uno

Hubo una vez una voz bien profunda y con ella estaban palabras y risas,
Sonidos de todos tipos

        Y un chico buena onda me escribía poesías

            Y otro más  me acariciaba los pies, no al mismo tiempo, aclaro.

Con otro jugaba a ser duendes y nos embriagábamos de amor

De licores,

De nuestra carne.

Yo no sé  cuántas  veces todos ellos me pensaron loca, loca por ser como soy,

desde chiquita, ya lo decían  las tías, la señorita del kinder, mi mamá.

Y luego llegó el lobo feroz, el monstruo del lago, el monstruo de la red, puta

fascinacion por el cine de terror y yo así  tan inocentemente pendeja.

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