Fisioterapia y desahogo verbal dos en uno.

  Las cosas con mi dolor de cabeza fueron de mal en peor y empezaron a dormirse también  los dedos de las manos, esto unido a los calambres de mi pierna derecha me hacían pasar la noche en vela, decidí  ir al doctor y después de varios exámenes resulta que tengo dos protuberancias en las vértebras cervicales, por eso tuve y tengo tantos dolores de cabeza, por eso no veo bien de vez en cuando, por eso todas mis enfermedades imaginarias.
Cuando era niña, mi mamá  me castigaba físicamente, dicho de este modo suena a cosa medieval, quiero decir que enojada no podía controlarse y descargaba su rabia conmigo y mi hermano. Varias veces me puso la cabeza en una tina de agua, no es que la preparara con ese fin, es que mientras bañaba a mi hermano yo hacía  algo que la enojaba y entonces me ponía  la cabeza en el agua, también  usaba poner un cojín  en mi cara y aplastarme contra el colchón, me jalaba el pelo y me estrellaba contra la pared, sé que suena fuerte o tal vez no, tal vez como mi propia madre decía  ese tipo de cosas no eran nada comparado con niños que venían  castigados con fuego, con cigarrillos, golpeados hasta que les rompían los huesos, incluso asesinados, ciertamente unos cuantos submarinos y golpes varios no son nada.
Mientras el fisiatra que en realidad es la fisiatra, me preguntaba si había  sufrido algún  golpe en el cuello, algún  movimiento brusco, accidentes varios o cosas así, recordé  esos momentos de mi infancia pero no se lo dije, a fin de cuentas eso no servía  para nada, me inventé  un accidente de coche y venga, ya está. Terapia de movilidad para recuperar los espacios intervertebrales, silenciar a mi niña interior para no encabronarme, tal vez será  mejor empezar la terapia.

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