Las mariposas están aburridas.

Ya no escribo ni en papel, la razón es que por ahora no me había sido necesario platicar con mi otra mitad sobretodo porque era la forma más simple de no afrontar mi vida, así que he pasado este tiempo siguiendo el mito de calladita te ves más bonita y cosas así.  Ya no me dan ganas de inventar historias a mi alrededor y esto es principalmente porque estoy convencida que no le sirven a nadie y además no hay gente que tenga ganas de leer, es un momento duro para quien no es violento o estúpido, o tal vez estoy en un lugar en donde sólo existen estos dos ejes y todas las combinaciones posibles entre ellos.
Dicen por ahí que encontré la América, algunos familiares están contentos con el camino que ha seguido mi vida, qué gran imbecilidad, y no es que estén las cosas mal pero no comprendo como se pueden impresionar por algo tan simple cuando mis mayores logros eran vistos como locuras, y la cosa más mensa babosa es vista como mi salvación. Estoy a unos días de ir a México y con gran tristeza no puedo decir que voy a casa porque como dice mi madre, yo soy una gitana y los gitanos no tenemos casa ni raíces, estoy muy putamente triste porque deberé dormir a mis gatos mina, Milo y Tyler, no debí creer en mi madre cuando dijo que ella los cuidaba, no sé porqué me convence siempre, con mis gatos morirá una parte de mí y la verdad tal vez ya andaba agónica visto que en estos dos años me he
que
dado callada en situaciones en las que nunca lo pensé, me decepciono, me autocago y me mando derechito a la chingada. Por ejemplo hoy tengo que ir a cortarme el pelo, yo no quiero cortarme el pelo, me caga ir al peluquero de verdad no lo soporto entonces me digo ¿porqué coños voy? Simplemente voy porque me faltan huevos para decir que no quiero. Quiero unos crayones de óleo como esos que usaba el Gustavo, ¿los venderán aquí en mi pueblo bicicletero?

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