las dos verdades del gato.
Los gatos son hermosos, podría afirmar que cada gato es hermoso, no así los perros que algunos tienen la lengua de fuera o los ojos torcidos, los gatos siempre salen bien en las fotos, hacen cosas absurdas que a los humanos nos encanta ver, como seguir una luz o las partículas de polvo, cuando duermen son la representación total de la paz y la felicidad unidas a la belleza, en fin, ¿Cómo no amarlos?
Los gatos no son sólo eso, ese gato maravilloso te despertará a las tres de la mañana para que le des de comer, después se pondrá delante de una puerta a maullar sin parar porque algo quiere; a mitad es culpa del dueño, el gato debería salir y ser feliz en los techos, y así sería si no fuera porque la mitad de tus vecinos no soportan a los gatos y ya te lo han hecho saber, el gato entonces se enoja porque no puede salir y se mea en tu cama o en tu ropa, o en donde pueda ser evidente que está enojado. El gato se acerca por casualidad, pasa sin mirarte y si tiene hambre no dudará en morderte la pierna o enterrarte una garrita; todo esto no es importante de hecho nada de esto es importante porque cuando amas a un gatito, a uno de esos pequeños seres peludos y extraños que te miran como si supieran lo bajo del nivel de nuestra humanidad, cuando de verdad los amas y sientes que te arrancan un pedazo de corazón cuando uno de ellos tiene que partir y estás tan lejos y él ya se va y te estás muriendo con él por despedirte y nada, no puedes hacerlo, ahí te das cuenta que lo importante no era que te dejara dormir por las noches, ni el bonche de pelo que toda la vida decora tu ropa, ni que tu sueldo se vaya en croquetas y latas que son parte del holocausto animal, total, el gato tiene todo el derecho.
Los gatos no son sólo eso, ese gato maravilloso te despertará a las tres de la mañana para que le des de comer, después se pondrá delante de una puerta a maullar sin parar porque algo quiere; a mitad es culpa del dueño, el gato debería salir y ser feliz en los techos, y así sería si no fuera porque la mitad de tus vecinos no soportan a los gatos y ya te lo han hecho saber, el gato entonces se enoja porque no puede salir y se mea en tu cama o en tu ropa, o en donde pueda ser evidente que está enojado. El gato se acerca por casualidad, pasa sin mirarte y si tiene hambre no dudará en morderte la pierna o enterrarte una garrita; todo esto no es importante de hecho nada de esto es importante porque cuando amas a un gatito, a uno de esos pequeños seres peludos y extraños que te miran como si supieran lo bajo del nivel de nuestra humanidad, cuando de verdad los amas y sientes que te arrancan un pedazo de corazón cuando uno de ellos tiene que partir y estás tan lejos y él ya se va y te estás muriendo con él por despedirte y nada, no puedes hacerlo, ahí te das cuenta que lo importante no era que te dejara dormir por las noches, ni el bonche de pelo que toda la vida decora tu ropa, ni que tu sueldo se vaya en croquetas y latas que son parte del holocausto animal, total, el gato tiene todo el derecho.
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