victimizándome publicamente

Qué horror esto de envejecer, de censurar mis pensamientos y de actuar como jamás me hubiera imaginado, todo esto de la mano de viejos recuerdos, autoreproches, sueños infantiles pisoteados y otras cosas más.
Yo no tengo un confidente, quiero decir que si me siento de mierda me lo tengo que tragar porque si le escribo a x o a y, x o y me contarán sus domesticidades y me dejarán flotando en las mías, y no me va de llamar a gente que ni conozco para decirle que de vez en cuando me siento de mierda, no quiere decir que siempre pero cuando pasa en realidad me dan ganas de volver a ser la chica cabrona que fui y mandar a todos y cada uno a la reverenda mierda.  Estoy hasta la madre de permitirle hacerme sentir mal, mal, incómoda y sola. El amor sigue siendo ese globo que no despegó jamás, y lo que más me asusta, de hecho esto ya no me asusta, porque me parece que es así para todos, por eso el mundo es una mierda de insatisfacción que intentamos llenar con un sinnúmero de culeradas, lo que más me asusta es mi resignación.
De niña sabía que no quería una fiesta de 15 años, la idea de tener que vestirme de a cake y bailar vals y etc me parecía repugnante, pero probablemente, visto desde mi perspectiva 41yunesca, el que me pareciera así era sólo para que no tuvieran que hacerme fiesta, y no tuvieran que gastar dinero en mi. - este problema con el dinero, de mi mamá a mi pareja, siempre reprochando si gastan o no dinero en mí- y yo desde niñita encabronándome por esta cosa, emborrachándome cuando mi papá se emputaba por darme 100 pesos para la escuela, yéndome de mi casa con todo y gatos para no escuchar a mi mamá decirme mantenida etc. y vueltas de la vida, o destino, o mi gran GRAN ESTUPIDEZ, heme aquí diciendo estas cosas otra vez.
En mi historia hubo uno al que nunca mandé a la mierda del modo justo, así de decirle VETE A LA MIERDA, PENDEJÍSIMO CHE NON SEI ALTRO. No lo hice porque cuando debí hacerlo, la tristeza y el enojo ya se habían secado, pero de vez en cuando me acuerdo, cuando me acuerdo me dan ganas de en verdad no acordarme de nada, no vale la pena ni lo bueno por haber pasado lo malo.
En fin, febrero es siempre triste, es una cosa personalmente triste, las circunstancias que me trajeron a su vida son complejas y sinceramente tendré siempre la duda porque en realidad creo que él no sentía lo mismo que yo, ni en la primera vez, ni la segunda, y ni hablar de la tercera. Pero por otra parte si febrero me ha enseñado algo es a seguir adelante, fea, gorda, con mis patitas flacas y mi gran ausencia de senos, con mi espalda de luchador y etc, nevermind.

"aún no es demasiado tarde, princesa, búscate otro perro que te ladre, princesa"

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