sabadabadú

Como decía a bien el tumbao, debe ser muy simple estar en paz espiritual cuando vives en una cueva, en el bosque y no tienes nada que ver con otras personas. Tenía razón ya que nuestras vidas a ese punto habían transcurrido en una ciudad sobrepoblada donde para llegar a cualquier lugar debías subir a un autobús conducido por una persona casi siempre enojada y hostil, el trabajo se realizaba igualmente en lugares llenos de estrés y presiones sin sentido, sin embargo yo salía del trabajo y me relajaba, subía al autobús y me ponía a leer alguna cosa, en un libro, nada de celulares y conexiones a internet, también llevaba una libreta y si algo me venía a la mente lo escribía o dibujaba, luego iba al centro a tomarme un café o a pasar la tarde viendo a los demás hacer lo mismo que yo, ósea, nada.
Entonces es cierto que el medio ambiente influye y que para dejar que las cosas fluyan se debe trabajar en ello, escoger buena música, buenas lecturas, buen aire y buena gente, ese es un punto que me desconcierta porque yo no quisiera hacer juicios sobre las personas, son libres de decir, pensar y publicar lo que les de la gana, pero a muchos les da la gana de hacer cosas que desde mi perspectiva no son justas, y no puedo dejar de sentir que hacen que mi energía se transforme y luego me sienta en ansia o como yo misma diría, me hacen sentir freak.

Estoy leyendo un libro que se llama"yo soy un gato" gran ironía japonesa, el autor es Natsumi Sóseki, lo estoy leyendo en Italiano y seguramente pierde en las dos traducciones, habla de muchas cosas de la cultura japonesa que desconozco y que me gustaría conocer a profundidad, hasta ahora la fantasía de ser un gato y escuchar y despreciar a la especie humana me ha enganchado, mis gatos deben odiarme por no estar con ellos, si hablan entre ellos seguramente hacen apuestas sobre mi regreso y un par de ellos está contento y no me quiere volver a ver. Sólo espero que estén bien y que me los cuiden, que no me extrañen tanto como los extraño yo.