escuchando a la Venegas.

Me gustan esas niñas, esas niñas mujeres nada sexuales, con ropa cómoda y moños en la cabeza
Me gusta poder decir lo que  quiero decir
y me gusta ser yo sin tener que fingir

Me gusta tanto volver a casa
luego me acuerdo de que desde hace algunos años no tengo casa alguna
ni cama alguna
ni mano alguna
ni nada.

Y lo siento mucho por no sentirme parte de esto ni de nada
por no poder sonreír si me siento decir cosas que yo no me atrevería a decir

¿Serán las hormonas, que les dicen?

Quisiera ser una bruja y hechizarme a mí misma, volverme de hielo y ligera, un copo de nieve y caer sólo una vez al año y deshacerme al contacto humano y desaparecer

Quisiera ser más adulto para sólo pensar en el dinero y si así fuera nunca hubiera venido a este lugar, nunca, pero tendría una casa y tal vez un coche o al menos una bicicleta mía de verdad.
Me confundí, confundí la seguridad con esa cosa del dinero que nunca me ha gustado, no hice nada por tener dinero porque me recuerda todas esas cosas de la humanidad que no me gustan, allá la señora que me pregunta qué haré para tener dinero, aquí que me recuerdan cada día que no hago nada, nada. Y aquí adentro que me doy cuenta que debo estar donde hago falta, donde haré algo, que tengo que hacer algo que valga la pena con esta vida, que me pertenece y que es importante sólo para mí, el egoísmo se ha comido a todos, a todos.

¿Serán los recuerdos, que  estorban?



Comentarios

Entradas populares