Allá afuera están todas esas cosas que todos apreciamos,
calles, coches, tiendas, luces, fiestas, ritos, iglesias, más tiendas, más coches, gente, cafés, bares, antros, restaurantes, tienditas, ruido, ofertas, más coches, gente, mucha gente...
Allá afuera están tantas cosas que todos queremos ver,
muestras de arte, conciertos, películas, teatros, conferencias, paisajes extraordinarios...
Allá afuera, se debe salir con cuidado, tener atención a los autos, tener atención a la gente, tener atención en lo que se va haciendo, cuidado con cada paso para no pisar algún tipo de mierda dejada por otro que iba pasando, especial atención a los coches, esos ascos de coches y su ruido, su prepotencia, su absurda velocidad que no permite disfrutar el paisaje.
Allá afuera están las palabras de los otros, las caras de los otros, la felicidad de los otros, la estupidez de los otros, el encabronamiento de los otros, los deseos de los otros.
Y aquí adentro se estaba al seguro, si no fuera por el espejo, mirarse en él es traer a casa todas esas cosas que están afuera
recordar mi humanidad
y aquí adentro se estaba al seguro, si no fuera por internet, mirarse en èl a través de los demás, es traer a casa todas esas cosas que están afuera, pero ¿Qué sería de mí sin mi reflejo exterior?

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