Mirarnos con ojos nuevos, como si fuera la primera vez que nos encontramos. Te encuentro por casualidad en el zócalo,  pálido, con una energía distinta,  eres otro de acuerdo a la imagen que tengo de tì, esa última imagen en otro espacio, en otro tiempo, con otras voces y con otras sensaciones, sobretodo.
en cinco segundos somos sin ser, los mismo de siempre
en tres días, sé que volveré a extrañarte
luego de tres semanas las mismas risas con un tono distinto, nos han vuelto a unir
pero algo pasa después...
Tú eres siempre el mismo ahora diferente
yo, siempre distinta, soy la misma que siempre he sido.
te susurro al oído porqué no dejar de evitarnos
dejarnos llevar por la cosa que nos atrae
irremediablemente
y correr por estas calles cotidianas y meternos en un callejón
besarnos
sin pensar en los tiempos
ni en las mañanas
ni en los ayeres
besarnos
hasta que nos ardan los labios
se nos caigan las ropas
y  que sólo hablen los cuerpos
hasta que se queden callados
y no tengan  nada más por decir



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