Íbamos caminando sin darnos cuenta del camino, después de un rato te aburriste de caminar y paraste, fue en ese momento que volteamos y vimos el paisaje, la ciudad había quedado atrás, estábamos rodeados de hierba fresca y algunas flores rojas y amarillas, un gran árbol daba sombra y ahí te acostaste a dormir, -Estoy cansado, dijiste, si quieres puedes continuar tu camino.
Decidí sentarme junto a tí, mirarte dormir y luego de un rato me recosté contigo.
Me fui en el sueño, caminábamos buscando un lugar donde descansar, tomabas mi mano y reías.
Desperté con el frío del atardecer, ya no estabas ahí, vi tus huellas en el piso y empecé a caminar esperando encontrarte cerca, pero cayó la noche y ya no pude ver tus pisadas. Seguí caminando entre el obscuro de la noche, pero ya llegaría el alba.

Comentarios

Entradas populares