dinámicas psicológicas: Narcisismo, exhibicionismo, pornografía emocional.

( Fuente original http://www.ippolita.net/it/libro/dinamiche-psicologiche-narcisismo-esibizionismo-pornografia-emotiva)

Lo primero que se comparte en Facebook es naturalmente la identidad propia,  representada por un nombre y una imagen, no obligatoria. Fecha de nacimiento y género (por el momento abierto a sólo dos posibilidades: Hombre o mujer) que son obligatorios para impedir el registro de menores de 13 años. En práctica el alias corresponde en casi todos los casos a nuestro nombre y apellido reales, ya que, como dice el eslogan de su página:   " Facebook te ayuda a conectarte y a estar en contacto con las personas de tu vida" y es más fácil que te encuentren si utilizas tu verdadera identidad. "Por este motivo, para tu nombre y para la foto de tu perfil no tenemos cambios en la configuración de la privacidad"

Facebook no quiere nombres falsos, la razón sería que "Facebook se basa en las interacciones que suceden en el mundo real. El uso de seudónimos contradice los valores sobre los que se basa nuestro sistema. Los usuarios que tienen nombres falsos son más propensos a realizar actividades que violan nuestras normativas. Este principio es importantísimo para nosotros, por lo que cancelamos las cuentas falsas en cuanto sabemos de su existencia"

Ippolita, que usa un nombre colectivo heterónimo y promueve la creación de identidades múltiples, está claramente en desacuerdo. Empezando por el hecho trivial de que la identidad de un individuo, incluso desde el punto de vista biológico, cambia continuamente,  y que un nombre y una fecha de nacimiento son decididamente muy poco para individuarme, la identidad es, sólo una representación, es el teatro del Yo que
se presenta al mundo. La identidad es el fruto de una construcción incesante, no es un dato totalmente estable e inmutable. Sólo lo muerto es fijo, los seres vivos cambian, justamente porque están vivos. Pero dejemos de lado los aspectos filosóficos y concentrémonos en cómo se construye esta identidad virtual.

La imagen del perfil es importante, muy importante. Pondremos entonces una foto en la que salimos bien, en una pose amigable y que nos haga interesantes. Es éste nuestro verdadero yo,  no lo es seguramente la foto en la que nos vemos cansados, desilusionados y deprimidos. Las fotos comprometedoras las buscaremos en  el resto del perfil, en el muro, porque la dinámica del espionaje-autoespionaje, es exactamente esta:
Presentar nuestra mejor cara y buscar morbosamente la cara oculta y fea de los otros. En Facebook todos somos Narciso que se refleja, pero nuestro reflejo está en la red social. Por eso es importante esconder lo que no es presentable y confesable, porque se corre el riesgo de no gustar a los demás. Y como Facebook nació como instrumento de speed date, para encontrar candidatos a pareja en un circuito más amplio (Pero siempre elitista: el espíritu de las universidades de Ivy League, las más exclusivas de Estados Unidos, permanece, sólo que transformado en una especie de elitismo de masa), es claro que para tener más citas es mejor mostrar lo mejor que somos.
El segundo movimiento del espejo es la imagen que se refleja a sí misma. Nos reflejamos para gustarnos, no para tener lástima de nosotros mismos. Pero el reflejo de Narciso no puede ser otra cosa que un exhibicionista al cuadrado. El uso compulsivo es típico del descubrimiento de un juego nuevo, especialmente si las reglas del juego exigen la exposición de las visceras, aunque se muestren "limpias" de los aspectos más obscenos, ya que la garantía de la moralidad (de Facebook) es conocido  por cancelar perfiles que suben fotos de desnudos o cosas similares. Ser celebridad implica algún sacrificio. Y también la micro-celebridad que ahora es tan difundida en Facebook, no se obtiene sin el uso de algo de exhibicionismo. El fan debe tener acceso en todo momento a su micro-ídolo.
En la sociedad del espectáculo de masa todos somos al mismo tiempo espectadores que aplauden y actores en el escenario, comprometidos en representar nuestra identidad virtual. Es impresionante cuantas de índole personal, se hacen públicas con el simple objetivo de ser el centro de atención. Comprobar el poder de las redes sociales como ring del exhibicionismo masturbatorio colectivo es muy fácil. Podría abrir un perfil de Facebook creíble, con un nombre y apellido (no muy común pero tampoco muy complicado y obviamente falso), una dirección e-mail (Acabado de hacer en Google, en el que se puede inscribir a todas las listas de correo, noticias y feed RSS que son del interés de su alter ego digital), puede decir que ha ido a tal escuela superior, que le va a cierto equipo de futbol, que ama cierto tipo de música y que tiene pasatiempos muy precisos. Envíe el máximo de peticiones de amistad, Facebook le guiará al descubrimiento de amigos que no sabe que tiene. Responda con entusiasmo a los que le acepten como amigo, envíe links simpáticos, saludos con caritas sonrientes, regale objetos para la  farmville o cityville de sus nuevos amigos, y será recompensado con muchísimas atenciones. Su perfil de Facebook es completamente falso y no corresponde a ninguna persona real, pero en la red social es muy activo, y con un poco de ingeniería social podría descubrir lo que quiera de sus nuevos amigos.
De un tiempo a la fecha hay programas informáticos activos en las redes sociales, que son pedazos de códigos que pueden actuar de acuerdo a las reglas de la ingeniería social. Estudian el comportamiento de las personas para captar información. Fingen saber cosas que no saben, engañan y mienten. Hablaremos más adelante de los socialbot, programas que han demostrado poder penetrar y comprometer redes de confianza en Facebook y no sólo eso, tambièn existen métodos menos sofisticados. El phising  es una categoría muy común de ataque que usa la técnica de la ingeniería social. Para enganchar a la presa, es suficiente con ponerla en guardia, "por tu seguridad, atención, alguien entró en tu perfil de Facebook, escribe tu contraseña antigua y crea una nueva" Así pueden tener acceso a la información que todavía no has compartido con todos.
La paradoja evidente es que en un mundo donde todos están obligados a ser "sí mismos", a decir la verdad sobre lo que hacen y aman, a revelar exactamente donde están sin lugar a malentendidos, si alguien tiene intenciones malévolas obviamente se encuentra en una situación ideal, rodeado de personas totalmente sinceras que no esperan nada más que alguien interesado en ellos. Andy Warhol ya mencionaba que todos tienen derecho a sus quince minutos de fama, pero ésto es mucho peor a lo que se podía imaginar. Se trata de una celebridad extensa, en manos de todos y de límites inciertos, que requiere de una actualización compulsiva de la página personal, una confianza absoluta y una transparencia radical hacia las computadoras que nos conocen mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos, y pueden facilmente aconsejarnos aplicaciones hechas a nuestra medida.
El estadio final de la involución psicológica en Facebook es la pornografía emocional y relacional. Como ya muestran desde hace mucho en los talk show y en los reality show en la televisión, jalarse el pelo, llorar, gritar, perder el control, pelear e insultarse delante al público, es fuente de gran placer. Te hace sentir famoso aunque nadie te conoce. No se necesita tener ninguna preparación o talento, saber recitar, cantar o bailar, o al menos hablar, ni ser bonitos: Es suficiente con dar todo a las cámaras, la emoción en estado puro, sin filtros. Facebook intensifica estos programas de pornografía emotiva a escala mundial, introduciendo instrumentos de transparencia excepcional, bajo el formato de casillas para validar, el perfil, preguntas como ¿Cómo estás? ¿Qué hay de nuevo?. ¿Cuál es tu situación sentimental? Es importante que todos sepan que estás libre, casado, divorciado, dispuesto a la aventura. Compartir tu estado sentimental, dinos ahora en qué estás pensando, ¡Sé transparente!


El aspecto más curioso, si no fuera trágico, es que el estilo "blog" en el que la información de ayer no tiene mayor importancia hoy, no consiente ninguna estratificación. La experiencia se limita en una suerte de eterno presente. El pasado pasa inexorablemente hacia abajo y nadie quiere leer las viejas publicaciones. Con la excepción de quien quiere encontrar en lo podrido, porque todos tienen algo que esconder, y las relaciones sociales se basan en la discreción y la mentira, o al menos en la media verdad y la omisión.  Pero un empleador, una pareja desconfiada, un software espía, una autoridad a la que facebook ha vendido el acceso a tus datos..... quisieran saber qué cosa has hecho, y gracias al compartir información, en la que has puesto tanto cuidado, ellos encontrarán tu información sin problemas. La introducción del timeline, una línea del tiempo en la que puedes poner fotos, post y contenidos de momentos anteriores a la apertura del perfil mismo de Facebook, tiene el mismo objetivo de hacer accesible cada aspecto de tu propia personalidad en una narración sin puntos oscuros, lineal, clara, secuncial. Pero aquí y ahora, ninguna profundidad, ninguna complejidad, ninguna ambigûedad.
 SER. El no ser no subsiste, y el devenir es simplemente inconcebible. A diferencia de lo que pasa en el mundo de fuera de las redes sociales en línea, aquí las cosas son, no se vuelven, simplemente un estado se encima al anterior, cancelándolo sin discusión. Tu identidad es fija aunque haya cambiado. Eres libre de elegir: te gustan los hombres o las mujeres. No, lo dos al mismo tiempo no se puede, una sóla elección. No, trasgénero es un término que no entendemos. Los programadores piensan en una nueva categoría (bien definida) para la próxima versión del software. Y si cambias de idea, no hay problema:  tu nueva identidad es un nuevo "estado" que elimina al viejo. En la realidad, las identidades son complejas vigas de calidad que vibran, muchas veces disonantes, y se modifican en manera a veces dolorosa, porque la memoria de eso que éramos se construye sobre el olvido, en la selección y en la historia de sí mismos, no en el recuerdo total fijo para siempre en un perfil.

Por esto de "decirlo todo", Facebook es el campeón de la pornografía sentimental y de relaciones: ¡Sé transparente! Escribe, dibuja, fotografía y establece relaciones con lo que tiene que ver contigo en la forma más íntima, expón sin filtros al público que observa tus emociones, en la forma más  áspera:
 Ésta es la máxima libertad de expresión.

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