lugar

Eran esas paredes que me hacìan inventar historias, eran las grietas y las manchas que veìa en la humedad de la esquina de la habitaciòn, veìa claramente una iglesia, siete de la mañana, las llamas que iban consumiendo la ciudad.
Nos mudamos a una casa nueva, no habìa humedades y por un tiempo no volvì a ver mensajes y perdì las ganas de dibujar sobre los muros. Nos dedicamos a vagar por las calles y vivir nada màs. Pero en mi tierra llueve, llueve mucho, el agua que no se va jamàs entra en la tierra y va subiendo por los muros, hiriendo y abriendo el paso a nuevas historias.

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