èramos hijos perdidos de sonidos rotos
perdidos ellos
entre esta contaminaciòn urbana,
sòrdida, como aceite quemado pegàndose a las visceras de un mañana que jamàs llegarìa.

Èramos la muestra de que la esperanza era una jodida
con las ropas desgarradas por la realidad

asì se caminaba de noche, buscando refugio en los edificios
asì se bebìa, esperando que el dìa tardara en llegar y con èl,
el hambre, la angustia, la luz que desgarraba nuestros ojos

tù, despuès de un tiempo, quisiste huir, el mundo podìa ser verde, rojo, azul, no siempre negro.
Las noches podìan usarse para otras cosas, para bailar y cantar entre gente feliz
dijiste.

decìas: mira la vida, mìrala, àbrete al amor, abràmonos a la vida, al amor...
despuès de tus dos primeras frases nos dimos la vuelta y te dejamos ahì, en el inicio de tu nueva vida.

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