vàmonos, sòlo toma lo necesario para huir
vàmonos juntos
a ese lugar que soñamos
donde no hay miedo, ni bastardos
dormiremos hasta tarde y despuès nos besaremos
miraremos las estrellas y cantaremos a los gatos,
a la luna, al mar,  al cielo.

Nunca me sentì parte de este mundo,
de sus reglas ni de sus hàbitos.
No entendì jamàs porquè las cosas debìan ser de cierto modo.
Preferìa subirme al closet y quedarme ahì encerrada
o en el hueco de la escalera mientras los demàs esperaban navidad,
contaban las doce campanadas, intercambiaban regalos.
Mis mejores amigos, las letras, las crayolas, la niña pobre del edificio,
el chavo freak a quien nadie le hablaba.
Dime con quien andas y te dirè quien eres...
luego las personas se volvieron insoportables.
Sus voces, sus ropas, sus charlas insulsas.
Los gatos son mejores amigos.
Y luego llegaste tù, despuès de un sin nùmero de sapos.
El problema es que nunca fui princesa y por supuesto,
tù no eres un anfibio..
Pero algo pasò, me hiciste ver el mundo desde arriba y verlo desde abajo
y ver las estrellas sobre las montañas, las luces del lago, las sombras y los sonidos
y celebramos navidad y contamos las campanas en la ùltima noche del año.
Tu, persona, te volviste indispensable para esta chica freak,
 mi mejor amigo, las letras, los colores,
el gato a quien ahora extraño.

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