la puritita neta

La neta es que estoy bien contenta
sí,
bien feliz
y la verdad
la puritita neta
es que no me interesa
ya sabes
él,
no,
no estoy enamorada ni clavada
ni....
no,
no lo estoy
se va disolviendo así
como que el frío lo ha congelado
no sé
luego
por jugar, por terminar la historia
camino con sus pasos
sí,
como en mi cuento
así, igualito
a ver, pérate, ahorita te lo escribo:


Las calles de toda la vida, la tienda de la esquina y el mercado sobre ruedas, la primaria de salones de cartón en contraste con la iglesia que se alza dominante sobre todo lo demás, tu casa, la mía, las horas esperando verte aparecer, la sangre en la banqueta de cuando por fin apareciste y las piernas no me respondieron, el salón de fiestas donde bailabas, en donde nunca pude entrar, el parque y sus columpios, los barquillos a peso y las flores que sabían a miel, el temblor en las rodillas y mi urgencia por crecer, la ventana de donde salté con tal de escaparme de los golpes, la escuela de monjas en donde aprendí a besar para poder besarte, la cabina de teléfono, tu voz del otro lado, La lluvia de tus ojos, la muerte en tu piel, el mal dentro, muy dentro de ti, la cerradura de tu casa, en donde entré mientras todos estaban cuidándote, tu cama, tu ropa y tus libros, tus botas viejas guardando cada paso, cada huella que yo había seguido, mis pies calzándolas, haciendo como que ahora eras mío, la voz de tu madre, su llanto, tu caja y tu cuerpo, el ruido de tus pasos ahora dados por mí, puedo ver tu rostro, ya no importa, desde ahora tú me guías.