La manifestación del pueblo ante los últimos acontecimientos.

Sabían bien que no había modo correcto de hacerlo, que ir por la calle explicando sus razones no servía para nada, "nos miran como si fuéramos de piedra" , dijo uno de ellos. Los demás andaban como si el cansancio de una vida les hubiera caído encima, la mirada baja, su única protesta parecía ser el no protestar, el quedarse callados. Uno salió y rompió una televisión, encendió una pira con los periódicos del día, pisoteó algunos radios; uno más lo siguió en su lucha imposible contra el enemigo invisible y estrelló contra el suelo su I phone 7. Una mujer que miraba la cosa como son mirar se echó a llorar, " joven, mejor me lo hubiera regalado, mi niña se muere por uno de esos".
Por fin llegaron las patrullas, era ridículo ver a uno con casco y el otro con un trapo en la cabeza, golpeandose sin saber porqué ni para qué, dicen que jalaron parejo con niños, mujeres y hombres, en menos de una hora se acabó el zafarrancho. Los viejos que miraban desde el bar hablaban entre ellos, "puro cuento, nomas se ganan unos buenos madrazos y a algunos no los volveremos a ver", "ni nos haran falta, compadre, le hacen al puro pendejo"...