cien fotos en cien días.

Ahora que empieza el verdadero envejecimiento es el momento de hacer estas mentadas fotos en secuencia, lo hice hace unos cinco años y no duró por el tiempo que esperaba, tal vez me aburrí de ver mi jeta y a veces no tenía el tiempo necesario para estarlo perdiendo de frente a una cámara que en palabras de fashion y fotografía, me odia.
Tampoco me he sentado a escribir, es que hay tantas cosas de las que hablar y en estos últimos meses me doy cuenta que no puedo expresar mi opinión sin herir o sin hacer sentir mal a alguien, me he vuelto estúpidamente respetuosa de la opinión de los demás.
A veces no puedo contenerme y en los momentos menos apropiados digo lo que siento y lo que pienso, lo cual es peligroso en mi situación, ja ja.
Es que como migrante (sea por casamiento amoroso o como sea, pero soy una migrante) se ven y se viven muchas cosas de las que es difícil hablar sin recibir en respuesta el famoso" si no te gusta, vete". Lo que la gente no entiende es que si hablo no estoy hablando sólo de un pedazo de tierra con gente que comparte ciertas características que en el mayor de los casos se resumen en lengua y en comida, en odios y amores, cuando se habla o se critica una actitud humana, en realidad se critica a la humanidad, de la cual, sea negra o blanca, amarilla o café, soy parte. Ergo, critico la política como humano político que soy, critico la discriminación y el racismo, como parte de una humanidad que lo vive, lo sufre y en algunas ocasiones lo ha también aplicado (porque decirle negra a una de mis compañeras sólo por ser ligeramente más oscura que yo, era discriminación, además de una gran y soberana estupidez) incluso el sentirse orgulloso de no ser tan indio es una especie de discriminación.
en fin, estoy segura que habría más selfies en el tierra si todos tuviéramos una autoestima inflada, habría menos tristeza si en realidad fueramos felices con nosotros mismos.

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