Sirvo  las dos cervezas con mucho cuidado como si la vida de los que las van a  beber dependiera de la cantidad de espuma que se forma. Como siempre mi cabeza se divide en dos y mientras voy en el camino hacia casa cierro los ojos y espero llegar rápido a casa para dormir en el sillón hasta las seis de la tarde.
Ya no me asombran sus comentarios pendejos,  me asombra mi capacidad de hacer como si no entendiera nada, me asombra mi propia estupidez y toda esta cosa de ver como se escurren las horas tan rápido cuando se trata de ponerme a vivir lo que quiero y cuánto son lentas en esos momentos de vida apagada. Oh mariana, si alguien me quisiera tanto como él a ti, oh patricia, si supieras cuánto te ama, si supieras pronto  acabará pero como decía milagros' la gran hueva es todo el desmadre mientras se acaba'
Me pregunto si algún día seré una de esas viejitas que veo por ahí, mi pronóstico es que moriré antes, de muerte natural, gran tristeza para mi madre y mis hermanos, que lo superarán recordando que nunca tuve miedo a la muerte.

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