cuento latino



Se despertó sabiendo que era su momento, hoy sería nombrado "Presidente de la República". Ciertamente su república era pequeña y corrupta y la mayor parte de los votos haba sido comprada pero nadie reclamó y esos que habían reclamado fueron expuestos públicamente como locos o como traidores a la patria. La masa no importaba, estaban contentos con sus nuevas camisetas y sus techos de lámina.

Cuando llegó el servicio de estado, el nuevo presidente  subió al imponente auto que lo llevó por las mejores calles de la ciudad hasta el Congreso. Sonreía y se dejaba felicitar. Entonces sintió unas ganas enormes de orinar, habló con su guardia personal quien lo escoltó hasta el baño. "¿Hay espejos dentro?" Le preguntó al guardia cuando salió de hacer la revisión. Claro que había espejos, enormes espejos de cuerpo entero bien iluminados. Entró con miedo. El tipo atrás del espejo se burlaba de él, lo escupía e insultaba. Ya le había pasado antes y no le pasara hoy, en su momento de gloria. Mandó llamar al guardia e hizo que rompiera todos los espejos del baño, ningún mequetrefe con cara de estúpido se iba a burlar de él. 

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