nacer en el país de uno
Por casualidad, por causalidad, porque así pasó, uno nace en el país de uno.
Se nace y se va creciendo aprendiendo una lengua que es un cúmulo de actos culturales, se come lo que comen los demás, se le da significado a ciertas cosas, se moldea la vida de acuerdo a los valores importantes para esa cultura que forma parte del país en el que se nace.
Por casualidad, por causalidad, porque así pasó, nací en México.
Mi lengua es el Español, ya después se entiende que en origen en esta tierra, no se hablaba español, que el físico corresponde a un cierto grupo étnico, en este caso el mestizo, mezcla de aquí y de allá sin un origen bien definido, se aprende que es medio indígena, medio de la ciudad, medio francés por la invasión francesa, medio español por la conquista, medio pendejo por la cercanía y velada invasión gringa.
Uno tiene sus símbolos, su música, sus actos culturales, se ama lo que se conoce y uno ama bien lo que conoce, la comida, algo tan vanal pero tan importante y si no como enchilándome la lengua, la verdad es que no siento el sabor de la comida. Nada como el dulce tamal de dulce de vez en cuando, las quesadillas, el pan de dulce, el chileatole y los esquites. Pero la comida no es nada, la fiesta, el ruido, el que se pueda de una u otra forma evitar el seguir todas las reglas, el respeto a ciertas cosas, pedir permiso y disculpa, sonreír aunque no tengas tantas ganas pero mandar derechito a la chingada a quien ya te tiene hasta la madre y usar estas palabras que dan cosquillas en la garganta, no sé si sea muy de mexicanos pero cuando alguien más lo hace uno se rie desde adentro. Como ese dolor tan gustoso, como los días de muertos, el olor del incienso y la gente que se ríe de su dolor, los colores lavados de las casas y las plantas descuidadas, medio crecidas, medio regadas, la luz de las cuatro de la tarde enmedio de la ciudad, parque, calle. Los pueblos mágicos y su olor. Me gusta tanto de México su forma de asimilarse en el mundo, que puedes encontrar un darketo o un chaval que escucha punk, opera, ska, metal, cumbia, ranchero etc, sin importar si es parte de su cultura o no, me gusta que no le sacamos y más de uno habla más de una lengua, que nos vestimos como nos da la gana y dejamos al cuerpo ser, claro, luego podemos morir bien jóvenes pero eso sí, amando, no nos andamos con la chingadera de no decir lo que sentimos y, por supuesto, hablo desde mi punto de vista y de lo que conozco, somos gente chingona, interesada en otras cosas, abierta a aprender, a estarle mentando la madre al gobierno como toda la gente del mundo pero sabiendo que de una otra forma nos lo vamos a chingar. Muchas veces he hablado de lo mal que está mi país, con su gobierno de mierda, con su gente descuidada, que tira basura, que no respeta los animales, algunos vacíos, tantos sin consciencia, pero de esa gente hay en todas partes, hoy celebro mi México lindo y querido, con sus tantos músicos callejeros, con sus artistas improvisados, con su risa entre llanto, con su no importa la hora eres bienvenido y con sus tacos que para todos hay, en México un taco y una sonrisa no se le niega a nadie, hasta la locura aquí tiene su toque mágico.
Se nace y se va creciendo aprendiendo una lengua que es un cúmulo de actos culturales, se come lo que comen los demás, se le da significado a ciertas cosas, se moldea la vida de acuerdo a los valores importantes para esa cultura que forma parte del país en el que se nace.
Por casualidad, por causalidad, porque así pasó, nací en México.
Mi lengua es el Español, ya después se entiende que en origen en esta tierra, no se hablaba español, que el físico corresponde a un cierto grupo étnico, en este caso el mestizo, mezcla de aquí y de allá sin un origen bien definido, se aprende que es medio indígena, medio de la ciudad, medio francés por la invasión francesa, medio español por la conquista, medio pendejo por la cercanía y velada invasión gringa.
Uno tiene sus símbolos, su música, sus actos culturales, se ama lo que se conoce y uno ama bien lo que conoce, la comida, algo tan vanal pero tan importante y si no como enchilándome la lengua, la verdad es que no siento el sabor de la comida. Nada como el dulce tamal de dulce de vez en cuando, las quesadillas, el pan de dulce, el chileatole y los esquites. Pero la comida no es nada, la fiesta, el ruido, el que se pueda de una u otra forma evitar el seguir todas las reglas, el respeto a ciertas cosas, pedir permiso y disculpa, sonreír aunque no tengas tantas ganas pero mandar derechito a la chingada a quien ya te tiene hasta la madre y usar estas palabras que dan cosquillas en la garganta, no sé si sea muy de mexicanos pero cuando alguien más lo hace uno se rie desde adentro. Como ese dolor tan gustoso, como los días de muertos, el olor del incienso y la gente que se ríe de su dolor, los colores lavados de las casas y las plantas descuidadas, medio crecidas, medio regadas, la luz de las cuatro de la tarde enmedio de la ciudad, parque, calle. Los pueblos mágicos y su olor. Me gusta tanto de México su forma de asimilarse en el mundo, que puedes encontrar un darketo o un chaval que escucha punk, opera, ska, metal, cumbia, ranchero etc, sin importar si es parte de su cultura o no, me gusta que no le sacamos y más de uno habla más de una lengua, que nos vestimos como nos da la gana y dejamos al cuerpo ser, claro, luego podemos morir bien jóvenes pero eso sí, amando, no nos andamos con la chingadera de no decir lo que sentimos y, por supuesto, hablo desde mi punto de vista y de lo que conozco, somos gente chingona, interesada en otras cosas, abierta a aprender, a estarle mentando la madre al gobierno como toda la gente del mundo pero sabiendo que de una otra forma nos lo vamos a chingar. Muchas veces he hablado de lo mal que está mi país, con su gobierno de mierda, con su gente descuidada, que tira basura, que no respeta los animales, algunos vacíos, tantos sin consciencia, pero de esa gente hay en todas partes, hoy celebro mi México lindo y querido, con sus tantos músicos callejeros, con sus artistas improvisados, con su risa entre llanto, con su no importa la hora eres bienvenido y con sus tacos que para todos hay, en México un taco y una sonrisa no se le niega a nadie, hasta la locura aquí tiene su toque mágico.
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