Amor

Un dìa decidì no volver a comer animales, primero porque veìa el sufrimiento de los perros atropellados, tal vez no tenga sentido pero vi a este pobre perro partido enmedio de la calle y decidì que yo no volverìa nunca màs a comerme a un mamìfero. Empecè con los mamìferos por empatìa y luego con los demàs, aves y seres marinos (lo cual no he seguido al pie de la letra, sobretodo por "no quedar mal" en invitaciones a comer donde la gente me preparaba un atùn diciendo que seguro "eso" sì lo comìa).
La cuestiòn es que despuès de un tiempo me dì cuenta que estaba mejor porque somos lo que comemos, pero hay alimento para el cuerpo y alimento para el alma, y cada palabra que escucho y que pronuncio, que escribo, cada idea que viene a mi cerebro o que entra en èl, tambièn es alimento, es por eso que ahora me cuesta trabajo escribir, porque cuido lo que pienso y estoy alerta a no recibir ideas que me hagan crear o sentir emociones muertas o envenenadas como manzana de blanca nieves.
Asì pues, mi propòsito desde ahora es no criticar a los demàs, no criticar ni al señor que se siente junto a  mì en el microbus. Sè que no es la cosa màs fàcil porque ver lo que no me gusta en los demàs es algo que he hecho desde siempre, es tan sencillo decir: tipo estùpido, pinche gorda, guey culero, etc.
Luego las redes sociales no ayudan, me encuentro con comentarios brutales, con fotos que provocan enojo y  asco tambièn por mi especie. El propòsito principal de esto de no criticar es reencontrarme con el amor, vivir feliz por siempre en el amor. Mâs princesa que nunca....

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