mèxico

nacimos en mèxico, somos mexicanos, crecimos viendo siempre en domingo y comiendo miguelitos, escuchando que se celebrarìa el grito por eso de ser independientes, dejamos de creer en la independencia cuando comprendimos que la cosa del grito era otro pretexto màs para embriagarse.

Pueblo de encanto, con casi todos los habitantes, desencantados.

Ya no creemos en nada, algunos diràn que creen en la virgen de guadalupe, en jesus, en el papa anterior, se cree en eso y en años atràs tambièn se creìa en Pedro Infante y su fatìdica trilogìa de "nosotros los pobres".

Somos el pueblo de "Los olvidados". Pueblo mestizo como casi toda latinoamèrica, con una gran cruz a cuestas, la màs grande y la que màs jode este malinchismo que nos hace despreciar eso que somos y que no llegamos a entender. Creemos que en cualquier otro lugar se estarìa mejor pero ya estando lejos nos damos cuenta que nos falta eso que aquì tenemos, esa cosa abstracta de sabernos parte del caos, de este desmadre ya urbano ya pueblerino, reimos todos al ver las pelìculas en blanco y negro de tin tan, resortes o cantinflas, cada uno tendrà su favorito. Y como en cada paìs, estamos llenos de diferencias sutiles que nos hacen estar orgullosos de haber nacido en cierta ciudad, de tener la comida màs rica e incluso, el acento màs bonito. 

Somos tanto y tantas veces no somos nada.

Y es que nos han sometido. Los españoles fueron unos pendejos en comparaciòn.